domingo, 28 de octubre de 2012

El Conformista





Bertolucci realiza un película de alto contenido político pero analizando el comportamiento conformista del protagonista. Es precisamente ese análisis psicológico lo que mantiene el interés de la película. Te hace imposible sustraerte a ella, y conformarte con solo ver los treinta primeros minutos. Siendo el último plano El  último plano de la película, el que a mi modo de ver muestra  la explicación a ese conformismo.
            El film aborda el concepto de traición y su correspondencia con la identidad moral de la lealtad.
            El protagonista Marcelo Clerici, busca acallar su conciencia tras el asesinato de un homosexual refugiándose en una ideología de masas, dominante en ese momento en Italia, que es el fascismo.
            Mientras Marcello acuerda su ingreso en la policía secreta,  su amigo Italo (arquetipo del pueblo italiano), está dando una locución de radio enalteciendo con ardor la alianza germano-italiana.  Italo es ciego, (licencia alegórica del director, para reflejar  la ceguera voluntaria en la que se suma Italia durante el fascismo). El mito ideológico no se sostiene mucho tiempo y a medida que se desarrolla la película éste se va desmoronando

            De hecho, el alto cargo de la policía secreta que habla con Marcello lo deja claro cuando dice que "Sólo unos pocos creen en el fascismo. Unos nos apoyan por miedo y otros por dinero".

            Otro gran poder está ahí también,  el de la Iglesia. Las escenas en las que se plasman las conversaciones en torno a la religión, cuando Marcello le dice a su futura esposa que "El cura da la absolución a todo el mundo".  El poder  del Estado fascista comparado con el de la Iglesia): "El cura da la absolución a todo el mundo", lo importante es someterse a su autoridad.
           
            La ideología imperante (fascista), a pesar de ello no implica que fuera  la que subyace en la mente de la mayoría del pueblo italiano. Vuelvo a repetir e comentario del alto funcionario: “se es fascista por miedo, por dinero... son muy pocos quienes creen en el fascismo”.
            Al amparo de esta ideología cree justificar su asesinato, pues homosexuales y judíos no merecen vivir en esa sociedad dominante de hombres fuertes  Una vez aceptado por ese grupo dominante y en el seno del poder que lo sustenta, se siente seguro y no duda en afirmarse de su acción cometiéndola otra vez, ahora matando a su antiguo profesor marxista. Pero en su viaje y estancia en Paris, su salida del ambiente seguro, le hará replantearse su existencia.
            Ya los primeros planos de la película en  los que Marcello Clerici, el protagonista, aparece en los inmensos espacios (neoclasicismo fascista) de un edificio gubernamental. Muestran de forma clara  la megalomanía del fascismo, de hacer sentir su poder sobre los ciudadanos, espacios gigantescos y fríos. Instrumentos anuladores de la voluntad del individuo hasta fundirla en una masa amorfa moldeada por el Estado, ese ente personalizado por el líder (Mussolini).
            El modelo organizativo es claro: jerarquizado al máximo, es el típico piramidal con el líder en el vértice, sin moral, instrumentalizando la religión como aliada. Con el fin de perpetuarse indefinidamente (como todas las dictaduras, tanto sean de derechas como de izquierdas; da lo mismo). Con selección de personas afines, sin tomar en cuenta la competencia de los mismos para la labor,  no importa su cualificación o capacidad, solo su lealtad, fidelidad y obediencia máxima. Al fin y al cabo Flavio Julio Nepote Emperador del Imperio Romano de Occidente en el siglo V, sentó ya los precedentes sobre la forma de elegir a los cargos de su sequito, basados únicamente en el  parentesco.

.


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario