sábado, 17 de noviembre de 2012

LA SOBERANIA: JEAN BODIN





 LA SOBERANIA: JEAN BODIN


 





“El político prudente no es quien destierra de la República a los ladrones,  sino quien les impide entrar”.
                                                                 Jean Bodin








              
            Echar una  mirada a los clásicos es aconsejable siempre; y en los momentos actuales la reflexión prudente sobre lo pasado nos permite recordar las actuaciones de aquellas sociedades sus cambios y sus evoluciones

            La época en que nos encontramos es convulsa, un comienzo del siglo XXI, con avances impensables para el ciudadano de a pie de mediados del pasado siglo. Progresos que están cambiando el mundo de forma vertiginosa.

            ¿Pero? ¿Es que acaso en épocas anteriores no sucedieron hechos que también cambiaron el mundo?
            Situémonos a mediados del siglo XVI. Todavía le costaba admitir a la gente de aquella época  que la tierra habitable era más que Europa. Tomemos como referencia una fecha 1530 (fecha de nacimiento de Jean Bodin) por otro lado máximo exponente del  pensamiento absolutista en Francia.
         En dicha fecha, solamente hacía  38 años del descubrimiento de  América, 11 años de la muerte de Leonardo da Vinci  y  3 años de la de  de Maquiavelo. En ese año  Carlos V era el Emperador.  Lutero hacia 9 años que había sido excomulgado  por el papa Leon X,  y la Compañía de Jesús (reconocida como nueva orden religiosa en 1540, por Pablo III), se enfrentaba a la Contrarreforma.

         Francia  dividida, por un lado la corona y parte de la nobleza apoyaban  la religión católica, frente al resto de la nobleza que se  convirtió al calvinismo. Lo que derivó en  ocho guerras, denominadas guerras de religión entre católicos y  protestantes.
 
En 1576, Bodin  publicó en  francés su obra más importante “Les Six Livres de la Republique”.  Posiblemente una de las obras más grandes sobre filosofía política jamás escrita Primer intento moderno de crear un sistema completo de ciencia política.

          

  El centro de la teoría del absolutismo de Bodin, escrita ante el desafío de la rebelión hugonote, estaba en la noción de soberanía: el indiscutible poder de mando del monarca gobernando sobre el resto de la sociedad.

                                                                                           
            

 Con la citada obra  Bodin  trascendió en la historia del pensamiento político. Ya en el prefacio,  se sirvió a través de una metáfora propia de un hombre de mar, para mostrar al mundo la  transfiguración del estado medieval al estado nacional, la  crisis de la autoridad monárquica y sobretodo el hundimiento del Reino de Francia en el desorden, la violencia y el separatismo provocado por la crisis de la religión.

(Prefacio de la Obra)


            Bodin se encuentra comprometido y elabora sus pensamientos necesarios para  reaccionar ante una situación tan comprometida. “El objeto que persigue enérgicamente en los seis libros de La Republique es restaurar el prestigio de la monarquía volviéndola al camino de la justicia

            Es necesario contemplar como muy bien apunta Bodin en la concepción y concepto que aplica a una “república”, antes de penetrar de lleno en la concepción y concepto que nos legaría en su definición de “soberanía”.
“República es un recto gobierno de varias familias, y de lo que les es común, con poder soberano”.

            La soberanía es el elemento por medio del cual se habrá de conseguir el “recto gobierno de varias familias, y de lo que les es común”.

            Con la frase recto gobierno, introdujo Bodin, en primer lugar, una consideración de justicia que domina toda su concepción”.

            Cuando Bodin habla de recto gobierno, lo hace -según sus propios comentarios  “a causa de la diferencia que existe entre las repúblicas y las bandas de ladrones y piratas”.

            Abundando en el tema, Bodin argumenta que el ámbito de las relaciones entre los ladrones y piratas, aunque parezcan vivir en amistad y sociedad repartiéndose por igual el botín, no se sostiene en términos de derecho (9), ya que el principal punto en el que reside el verdadero atributo de la amistad, y del que ellos carecen, es el recto gobierno según las leyes de la naturaleza.

            Para Bodin, pues, y como él mismo manifiesta en el Prefacio de la República, el recto gobierno es aquel que desarrolla plenamente el ideal de justicia: “Cuando digo justicia quiero decir la prudencia de mandar con rectitud e integridad”.
                       
            El principio de autoridad  sustenta a  Bodin  su desarrollo sobre el gobierno al manifestar  “toda república, toda corporación, todo colegio y toda familia se gobierna por mando y obediencia”. Es por ello que, buscando fundamentos a estas tesis, profundiza en el ámbito de la relación familiar para extraer e incorporar el modelo a sus teorías: el recto gobierno de la casa es el verdadero modelo del gobierno de la república.

            “la nota característica de la ciudadanía es la obediencia y reconocimiento del súbdito libre hacia su príncipe soberano, y la tutela, justicia y defensa del príncipe hacia el súbdito”.

            El apoyo sobre la familia como base principal sobre la que se construye toda república.

            Cuando en Occidente se empieza a hablar de la soberanía es para aplicar a los poderes humanos atributos hasta entonces reservados a Dios.

            Mientras la Iglesia pudo ostentar un efectivo poder, los príncipes no fueron soberanos. En esos momentos era la Iglesia y no el príncipe la  soberana.

            El significado etimológico de la palabra sobraría, proviene del latín “super” y “omnia” que viene a traducirse como sobretodo.
            Es el poder que esta sobre el resto de poderes y que no admite otro poder superior a él.

            Característicamente, Bodin definía la soberanía como “el poder más alto, absoluto y perpetuo sobre los ciudadanos y súbditos en una república”. Esencial para la soberanía en Bodin era la función soberana como dador de leyes a la sociedad y “la esencia de la emisión de leyes era el mando, el ejercicio de la voluntad con fuerza vinculante”.
          Como el soberano es el creador de la ley, debe por tanto estar por encima de la ley, que se aplica sólo a sus súbditos y no a sí mismo. Por tanto, el soberano es una persona que crea orden de lo amorfo y del caos.

            Sin embargo Bodin pedía al príncipe que confiara en el consejo de un pequeño número de asesores sabios, hombres que, supuestamente por no tener motivos egoístas, serían acaeces de ayudar al rey a legislar para el bien público de toda la nación. En resumen, una pequeña élite de hombres sabios compartiría el poder soberano detrás del escenario, mientras que públicamente el soberano emitiría decretos como si fueran producto de su sola voluntad.


            Los aspectos más notables de la soberanía son que ni se cede ni se enajena, solo se delega en la actualidad en algunos funcionarios para que la ejerzan pero no que la detenten, ya que será en todo momento es  el pueblo y solo el pueblo el titular de dicha soberanía.

          Frecuentemente es cierto que los analistas políticos son más agudos en revelar los fallos de los sistemas con los que están en desacuerdo. En este caso, una de las observaciones más agudas de Bodin fue su examen de las democracias populares del pasado.  Comentando que si miramos con atención todos los anteriores estados, encontraremos que el supuesto gobierno del pueblo fue siempre el gobierno de una pequeña oligarquía. “el pueblo sólo sirve como disfraz”.

            Anticipándose, sin querer, a esa percepción de la élite del poder o la clase gobernante  del siglo XIX, Bodin apuntaba que en realidad el gobierno siempre lo ejerce una oligarquía. Sin embargo se le critica una  laguna en el programa de poder absolutista proclamado por él, se trata de un área principal en el ejercicio `practico del poder del estado,  la fiscalidad. No olvidemos que Bodin publicó libros sobre dinero, derecho, método histórico, ciencias naturales, religión y ocultismo.
         A pesar de existir  un sistema impositivo regular y opresivo en Francia al principio del siglo XVI, tanto los  teóricos reales como los absolutistas eran reacios a otorgar al monarca el derecho ilimitado a imponer tributo. En esa línea también  Bodin era reacio a esa forma de recaudar defendiendo los derechos de propiedad privada, y la falta de validez de que el rey impusiera tributos a sus súbditos sin su consentimiento
        Fuera del ámbito estrictamente impositivo y más en temas generales de carácter económico, Bodin ha sido considerado como uno de los pioneros de la teoría cuantitativa del dinero (*),
(*)La teoría cuantitativa del dinero, parte de una identidad, la ecuación de cambio, según la cual el valor de las transacciones que se realizan en una economía ha de ser igual a la cantidad de dinero existente en esa economía por el número de veces que el dinero cambia de manos.

         De hecho en su obra  Paradoxes de M. de Malestroit touchant le fait des monnaies et l'enrichissement de toutes choses (1568). Malestroit había atribuido los aumentos inusuales y crónicos de los precios en Francia a la degradación de la moneda, pero Bodin atribuyó la causa al aumento de oferta de especie proveniente del Nuevo Mundo.
         Jean Bodin también teorizo con tino en  la influencia de los líderes sociales sobre la demanda de bienes y por tanto sobre su precio. Al explicar porque subían los precios  de todo lo que a  los señores  gustaba; para después  una vez que los grandes señores  ven que sus súbditos tienen una abundancia de cosas que  a ellos gustaban, despreciarlas causando entonces una caída de dichos precios.
        Sin embargo fue  ultra ortodoxo en relación con usura, con su tajante opinión cobre la percepción de intereses al considerarla  prohibida por Dios.
        En conclusión con Jean Bodin se elabora la primera teoría sistemática de la Administración Pública del Estados absolutistas; aunque aún no exista una ciencia de la administración como las los indios y la de los musulmanes. Con él existe la primera sistematización del conocimiento de la administración monárquica, tanto al desarrollo de su origen como a las funciones. 
       En siglos posteriores, aunque fue evidente que  uno de los objetivos de Bodin fue  cimentar el concepto de monarquía en cuanto elemento consolidador tanto de la unión nacional como del poder en general.
      
  

Resulta bastante interesante la manera en cómo sus ideas forjaron  herramientas  a mediados del siglo XIX, sirva como ejemplo  el proceso secesionista  que se generó en los Estados Unidos de Norteamérica. John Caldwell Calhoum (*), político y  uno de los principales representantes de los llamados Estados esclavistas, no dudó en utilizar los argumentos de Bodin, en su lucha política y jurídica en contra los estados del norte. Curiosamente Calhoum, se mostraba partidario del originario  régimen político adoptado por  los Estados Unidos de Norteamérica,  la confederación.

            Ahora bien, sea cual sea la interpretación que se le dé a esta obra, sin duda se trata de Tal vez la obra más grande sobre filosofía política jamás escrita, Los seis libros fueron indudablemente el libro más influyente sobre filosofía política en el siglo XVI.







Bibliografia:


““Los seis libros de la República”
Autor: Jean Bodin
Copyright by Aguilar
Reproducción parcial de
Libro Primero, Capítulo VIII, para:
MATERIALES DE DERECHO CONSTITUCIONAL
Septiembre, 2000


Heller, H., La soberanía. Contribución a la teoría del derecho estatal y del derecho
internacional, México, FCE. 1995


Origen y naturaleza de la Administración  Pública: Revista Paraninfo.
http://paraninfouniversitario.com/doc/2/Ensayos/Ensayo_p89.pdf





















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