VENCEDORES O
VENCIDOS
¿Debe un
juez aplicar la legislación vigente aunque vaya en contra de su conciencia? ¿
Es posible responsabilizar a todos los alemanes de los crímenes cometidos por
el Tercer Reich?¿Tiene legitimidad un tribunal constituido ad hoc por
los vencedores para enjuiciar a los vencidos?
¿Existe el perdón? ¿Se puede vivir
sin odio? ¿Vencedores o vencidos? He aquí el dilema.
Sobre la mesa asuntos tan escabrosos como abominables, la
esterilización y la eugenesia, que desembocan inevitablemente en la
responsabilidad que los jueces instrumentalizados por el Tercer Reich pueden
tener sobre las atrocidades cometidas. ¿Son culpables por omisión? ¿Son acaso
cómplices?
No voy a entrar a hablar de la película (a la cual se la
puede calificar a todas luces de de muy
buen película. Solo hablare un poco de su guión, clave fundamental en el
desarrollo de cualquier película y de su guionista Abby Mann, guionista de cine, ya fallecido, galardonado
con el Oscar en 1961 por la película en cuestión. Nacido, en el seno de una
familia de inmigrantes judíos de origen ruso. Fue su pasión y determinación la
que convirtió el juicio en Núremberg en su primer guión de cine.
Como él mismo dijo en una
entrevista, la gente quería mantener bajo las alfombras la historia del juicio
a los dirigentes nazis. Hasta que el productor y director Stanley Kramer decidió
hacer el filme.
El tema que se cuestiona es la
legalidad de los actos cometidos con arreglo al derecho y las leyes vigentes en
el ese momento de la historia. Si el derecho sobre todo el penal, por que es el
único que pude contemplar la pena de muerte como maxima condena al culpable, debía aplicarse por los
jueces (máximos exponentes del poder judicial).
La
respuesta es clara, el articulo y 8 del Estatuto del
Tribunal Militar internacional de Nuremberg. Adoptado el
6 de octubre de 1945, lo contempla d e forma clara:”El hecho de que el Acusado
actuara obedeciendo órdenes de su gobierno o de un superior no le exonerará de
responsabilidad, pero podrá considerarse un atenuante al determinar la condena
si el Tribunal estima que la justicia así lo exige”.
Por
lo anterior creo que no cabe duda alguna sobre la legitimidad de los juicios que se celebraron y de las
sentencias que se impusieron por el Tribunal Militar Internacional constituido
al efecto.
Los planteamientos sobre las cuestiones de la complicidad individual de los ciudadanos en los crímenes cometidos por el Estado, además de un amplio recorrido moral y ético sobre el valor de los derechos humanos; son tratados con rigurosidad sin omitir cuestiones tan directas como tan espinosos como el apoyo de la Corte Suprema de los Estados Unidos a a las prácticas de la eutanasia o las palabras de elogio de Winston Churchill hacia Hitler.
Para terminar quiero transcribir dos frases:
La
primera correspondiente a los primeros minutos de la película en la que el
fiscal americano a lo largo de su primera
intervención expone cn claridad
lo siguiente, refiriéndose a la madurez de los acusado: “en su juventud sus
mentes no fueron torcidas por las doctrinas nazis, sin embargo admitieron la
ideología del tercer reich, cuando ellos más que nadie debieron repudiarla por injusta”
La
segunda correspondiente a la última escena de la película en la que Ernst Janning se justifica ante el juez de la siguiente
manera
Dr. Ernst Janning: …Aquella pobre gente, aquellos
millones de personas, jamás supe que se
iba a llegar a eso.
El Juez Dan Haywood
: Debe usted creerme, se llego a eso la primera vez que usted condeno a
un hombre sabiendo que era inocente….
Estimado compañero:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación. Personalmente, creo que al final el miedo se apoderó del acusado Jannin y, como bien señalas, aunque en la última escena dice desconocer la situación a la que se había llegado, previamiente en su alegato frente al Juez Haywood reconoce de igual forma: "¿Acaso estábamos sordos, mudos, ciegos? Si solo conocíamos el exterminio de unos cientos, es que por ventura eso nos hace menos culpables?". Como el propio acusado afirma, parece que triunfaron más allá de lo que esperaban y lo que parecía ser una fase transitorio se convirtió en un modo de vida, incluso para él.